lunes, 18 de junio de 2007

La falta de amor: "A flor de piel"


El otro día estaba intentando dormirme, después de haberme tomado litros de café, y enganché de casualidad "Primer plano I-Sat" justo presentando una película a punto de comenzar. Me pareció ver en la serie de imágenes que pasaban a Samantha Morton, excelente actriz inglesa, entonces me decidí a verla ( a ver si se me venía el sueño también). La película en cuestión se llama "A flor de piel" ("Under the skin", 1997) , es la ópera prima de Carine Adler y su trama es bastante simple, pero plantea un problema afectivo bastante interesante.
Iris (Samantha Morton) y Rose (Catherine Rushbrook)son hijas de una mujer que padece cáncer y cuya muerte es inminente. Ambas hermanas son muy dependientes de su madre. Rose está casada, vive con su pareja y esperan un hijo en dos meses. Iris, en cambio, es una muchacha inmadura (probablemente, con cierto rasgo de "locura", pero muy entrecomillado), simbiótica, novia de Gary (relación bastante infantil).
Un día su madre muere. Si bien significa un golpe duro para ambas, Iris experimenta el cambio radical: pasa a vivir sola de un día al otro, haciéndose cargo de ella misma. Pero el cambio más drástico es la falta de compañía, en fin, de amor. Comienza a intentar recuperar a su madre por muchos medios. Primero empieza a utilizar la ropa, la peluca y los anteojos de su madre. No conforme con eso, avanza un paso más. Su búsqueda la dirige ahora a objetos de amor: hombres de una noche. Por momentos me hace acordar a lo que decía Freud, algo así como que el aparato psíquico tenía que descargarse por algún medio cuando sentía displacer, y eso se podía lograr, por ejemplo, por medio de la masturbación; yo lo hago extensivo y lo aplico a su relación general con su cuerpo, su sexualidad y los hombres que la acompañaban, considerando "displacentero" la muerte y el duelo por su madre. Se vuelve un problema cuando Iris comienza a no sentirse satisfecha, algo faltaba y ese "algo" era que la escuchen. El amor, la compañía a la noche y el disfraz no lograban su propósito. En su carrera por sentirse contenida (cosa que no lograba con su hermana, con la que siempre peleaba...celos edípicos..cof, cof) intenta llegar a su cuñado, pero este la rechaza.
Ya sin consuelo, con hombres que la usaban y un novio que la engañaba con su mejor amiga (Vron), decide hablar con su hermana, sólo para que alguien la escuchara por una vez. "Necesito alguien que me ame": la confesión llorando de Iris quiebra el alma e inspira compasión.
Compartir las cenizas (antes perdidas por Iris) de su madre, acerca a las hermanas y de esta manera Iris puede resolver parcialmente su problema afectivo. Conjuntamente, la llegada del sobrino renueva el alma de Iris.
Deshacerse del último lazo a la madre, al mismo tiempo que se formula un deseo de influencias maternas da la pauta de que internalizó la pérdida como una ganacia: "nunca se fue, ahora está dentro mío".
No sé si es bueno o malo, pero esta película me hizo acordar a una persona que, si bien no se repiten exactamente las mismas características, procedía de la misma manera y bajo las mismas causas. Me gustaría que vea la película para que reflexione sobre el tema. Bueno, solo interpretaciones personales de esta muy linda película, a la cual le doy 4 Clarisas (muy bueno). Me quedo sin palabras cuando tengo que describir la performance de Samantha Morton...simplemente brillante. Les recomiendo no sólo que vean este film, sino que intenten ver los otros films donde actúa esta genia británica.
Cualquier sugerencia o comentario, van a clarisamch@hotmail.com
Nos vemos!

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