jueves, 20 de diciembre de 2007

Lo psicótico de la niñez (versión futurista)


Título raro, pero juro que tiene una explicación. Creo que todo niño ha sabido gozar en su niñez, valga la redundancia, de su prodigiosa imaginación. "Prodigiosa", porque los adultos pierden mucho de esa actividad, que se ve semi-censurada por el "principio de realidad" (creo que voy a instalar un glosario de psicología al costado del blog, jeje)...más allá que la fantasía venga un poco a rescatar a la imaginación infantil. A ver...levante la mano la/el que con sábanas y broches armaba una "casa/carpa" e imaginaba que afuera había algo de lo que escapar u ocultarse...o la/el que con una mancha de la pared o una sombra en la pieza, se armaba una historia o aterradora o placentera...o la/el que agarraba el palo de escoba com si fuese un bravo corcel... Bueno, ahora...¿qué pasaría si ustedes escuchan de una persona de 28 años algunos de estos relatos, contados con absoluta convicción? Mjm, lo sospechaba. Fíjense cómo todo pasa por el lente con que se lo mire, la cultura en que se lo inserte, las creencias que lo sostengan. Desde la adultez (futuro del niño) uno está habilitado a distinguir lo real de lo irreal, lo posible de lo imposible...qué lindas épocas, no?
Esta fue mi presentación para el corto de Tim Burton, y esta vez digo "corto" sin hacer referencia a las capacidades intelectuales. Cortesía de Pablo Entrerriano (no sé el apellido, así que te rebauticé), este mini es una sensacional producción, con una animación al estilo Burton, la voz de Vincent Price (si, el papá del hombre manos de tijera) y una imaginación al mejor estilo enfant con contenido de una mente adulta. O quizás, aquello que pensó Burton una vez crecido, de sus prematuras leídas de Edgar Allan Poe.
Son cinco minutos de doble vida, o mejor dicho, de realidad/fantasía. Un niño, una fantasía imaginada, castración y muerte...u otra vez fantasía imaginada? Véanlo, no tiene desperdicio.

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